A EDAD
ANTIGUA (HASTA EL SIGLO V)
Hasta los
griegos el saber en Biología era de carácter popular, exceptuando quizás los
pueblos de Egipto y Babilonia donde (en relación con la medicina y el
embalsamamiento de cadáveres) se consiguieron importantes avances en Anatomía y
Fisiología animal y humana.
Seiscientos
años antes de Cristo, apareció en la isla griega de Cos la primera escuela
dedicada a la Medicina. En ella destaca
Hipócrates (460-3 70 a. C.) quien consideraba que las enfermedades eran
procesos naturales que había que combatir ayudando a las propias fuerzas
curadoras de la Naturaleza.
LA EDAD
MEDIA (SIGLOS V-XV)
Entre los
Siglos V y X se produjo un serio retroceso de la cultura. Exceptuando China y
la India, aunque muchos de sus descubrimientos se perdieron y debieron ser
redescubiertos más tarde en Occidente.
Los árabes contactaron con estas culturas y con los textos clásicos
grecorromanos. Así, tradujeron los
libros de Hipócrates, Galeno y Dioscórides, durante el siglo X, en
Córdoba. En el siglo XI comenzaron a
surgir las Universidades, en las que se estudiaba a Aristóteles, al que se le
consideraba el maestro.
LA ÉPOCA DEL
RENACIMIENTO
El
Renacimiento tuvo su cuna en Italia y allí donde surgieron los primeros
trabajos científicos serios, como los de Leonardo da Vinc¡ (1452-1 519), que
extendió su curiosidad investigadora a la anatomía humana e intuyó la larga
duración de las épocas pasadas, y los trabajos de Andrés Vesalio (1514-1564),
que basó sus estudios anatómicos en la disección de cadáveres. En esta época, el aragonés Miguel Servet
(1511-1553) descubrió la circulación sanguínea y William Harvey (1578-1657)
completó este descubrimiento y demostró el mecanismo de la circulación
sanguínea en los circuitos mayor y menor.
EL SIGLO XIX
Tras el
siglo XVIII en el que la mayor actividad de los biólogos se desarrolló en el
campo de la sistemática, en un intento de clasificar las especies procedentes
del Nuevo Mundo, se suscitó en el siglo XIX una interpretación, basada en la
razón, tanto de la aparición de las diferentes especies como de su distribución
y parentesco. Así surgió la teoría
evolucionista, uno de cuyos primeros defensores fue el francés Jean-Baptiste
Lamarck (1744-1829), que explicaba su hipótesis basándose en dos principios:
«la necesidad crea el órgano y su función lo desarrolla», y «los caracteres
adquiridos se heredan».
Esta teoría
chocaba, por un lado, con la crítica de quienes pedían datos, experiencias,
etc., que la confirmaran y, por otro, con la opinión del francés Georges Cuvier
(1769-1832), considerado como el padre de la Paleontología y de la Anatomía
comparada, Cuvier era fijista, es decir, creía en la inmutabilidad de las
especies. Para explicar la desaparición
de especies que sólo existieron en el pasado y de las cuales sólo quedan restos
fosilizados suponía que hubo una serie de catástrofes sucesivas que produjeron
su extinción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario